SIMA DE LAS COTORRAS, OCOZOCOAUTLA, CHIAPAS.
De los muchos lugares que conozco de Chiapas, este era uno de los pocos que siempre escuche maravillas y por alguna razón no había podido meter en la agenda.
Había escuchado de buenos amigos la experiencia mágica de conocerlo así que esta vez fue el primer lugar en el itinerario.
Me dedique a buscar información para planear mi viaje a la Sima de las Cotorras pero realmente no existe mucha en internet y los datos no están actualizados, por lo que decidí aplicar la típica del mexicano y llegar directamente al lugar de improvisto y allá resolver todo.
Mi avión llego a Tuxtla Gtz donde directo en el aeropuerto rente un coche para poder disponer de mi tiempo a placer, lo cual es básico en este tipo de viajes para poder disfrutar realmente de los lugares y poder moverse con facilidad a muchos puntos en poco tiempo.
Además el rentar un coche es buen consejo ya que si decides viajar en taxi para salir del aeropuerto equivale lo mismo a la renta de un coche por todo un día. Siendo así tomamos camino a Ocozocoautla de Espinosa, también conocido por los locales como Coita y sede del carnaval coiteco , uno de los mas coloridos y originales de la región.
La primera vez que escuche el nombre de Coita fue porque un día trabajando en la zona arqueológica de Palenque alguien dejo sobre mesa de la cocina algo que parecía unas típicas galletas de mantequilla o polvorones , claro que quise probarlos y fue mi perdición ya que una vez que los pruebas no puedes dejar de comerlos, conocidos como Turuletes; Hechos a base de manteca de cerdo y moronas de tocino lo que les da su inigualable sabor y carácter adictivo. Así que si van por Coita, no duden en preguntar por estos manjares locales y no digan que no les advertí lo adictivos que pueden ser, jaja.
Tiempo después tomamos camino directo a la Sima (si, Sima con S) que de Coita ya se encuentra a unos 30 minutos, recorres caminos tanto de vías primarias como de terracería en muy buen estado y partes pavimentadas con concreto lo cual hace el camino accesible a todo el turismo.
Una vez ahí no tenía idea con que nos encontraríamos o si había infraestructura turística para poder conseguir comida y dónde dormir.
Primero encontramos una caseta dónde un cuidador muy amable nos indico que había un restaurante y si estaba en funcionamiento y que también era posible quedarse a dormir alli en casas de campaña, y que el mismo estaría por la noche asegurándonos que todo era muy seguro.
Caminamos solo unos metros y ya escuchábamos a la distancia el grito característico de los cotorros así que insitintivamente caminamos directo hacia el sonido encontrando frente a nosotros el hundimiento de tierra conocido como Sima, el cual tiene unos 160 metros de diámetro y unos 140 de profundidad, lo cual te deja boquiabierto y con la sensación de estar descubriendo un mundo antiguo lleno de vida exótica y muy poco alterado por el hombre.
Lo apasionante de conocer estos lugares en carne propia es justo poder tener la sensación de como fue el planeta en épocas pasadas cuando todo era un gran paraíso terrenal dónde el hombre aún no figuraba y poder participar de esta experiencia a través de todos tus sentidos y agradecer.